viernes, 27 de junio de 2014

"En el Principio fue la Oscuridad" de Richard S. Bakker

Hoy me complace hablar de uno de los grandes pilares de la fantasía épica moderna, en mi opinión esta es la segunda saga más importante entre todas las que he leído. "En el Principio fue la Oscuridad" nos va a introducir en un mundo obscuro, complejo, plagado de guerras "santas". Richard Scott Bakker nos navegará por su increíble imaginación con una prosa muy filosófica y profunda que nos hará reflexionar muy a menudo con relación a nuestro propio mundo y a nosotros mismos.


Una enorme guerra santa comienza, la reconquista de una "ciudad santa" en manos de una religión contraria por así decirle, nos recuerda la época de las cruzadas. Dentro de este marco, un extraño personaje saldrá en la búsqueda de su padre, Anasûrimbur Kellhus es parte de un antiguo culto que ha desarrollado técnicas para leer en la mente y emociones de las personas, para los Dûnyain; el resto de la humanidad parecemos niños. Kellhus usará todas sus habilidades para lograr su cometido, pero ¿habrán otras razones ocultas para esta susodicha búsqueda?  

Drusas Achamian forma parte del culto del Mandato, una escuela de hechiceros dedicada exclusivamente a combatir una organización secreta llamada "El Consulto" quienes intentan revivir al No-Dios; Mog Pharau. Lo particular de esta escuela de hechicería es que todas las noches sueñan la vida de su creador, Seswatha, a quien torturan en la lucha contra "El Consulto", pero más que soñar es prácticamente vivir en carne propia los mencionados eventos. Son los más poderosos entre las escuelas de magia pero no suelen interferir en política ni nada por el estilo.


Otros personajes igual de interesantes y particulares pueblan la historia, Bakker nos mostrará de cerca sus emociones y pensamientos lo que enriquece por mucho la historia. No se equivoquen, este es un mundo complejo, la influencia de los estudios de Filosofía del escritor se ven reflejados muy a menudo en el relato, pero más que aburrirnos, nos enriquece. Lo más atractivo para mí en la saga, fue la división de las escuelas de hechicería quienes son mal vistas por la religión dominante pero son aceptadas por su efectividad en batalla. Además, se resalta la importancia del lenguaje y los conceptos en el momento de crear la magia. La trama es algo enrevesada al principio, nos cuesta ir hilvanando todos los detalles, pero una vez capturada toda la esencia de ese cosmos, la lectura se vuelve muy obsesiva.


Por último, Anasûrimbur Kellhus es el protagonista más icónico que he encontrado hasta el momento, todavía en las partes más avanzadas de la saga no sabrás si quererlo u odiarlo, si quieres que logre sus cometidos o que fracase miserablemente. Es un manipulador de sangre fría y sus intenciones nos son desconocidas a pesar de que vemos parte de la narración a través de sus ojos. Es un personaje muy bien logrado y jamás lo olvidarás, eso es seguro. Pongo la portada en inglés porque me encuentro que la primera en español no es muy atrayente.


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