miércoles, 9 de julio de 2014

"Nacidos de la Bruma: El Imperio Final" de Brandon Sanderson

Como les dijera una vez en mi crítica a Elantris nos volvemos a encontrar con Brandon Sanderson, no sólo por lo prolífico que es como escritor sino por lo excelente de sus historias apoyadas en una increíble imaginación. En la trilogía "Nacidos de la Bruma" nos encontraremos con una historia más bien gráfica, con escenas muy movidas para quien le gusta ejercer la imaginación. A cada momento alguien estará peleando, saltando por los techos, ejerciendo sus poderes, entre otros y las descripciones del autor nos harán imaginar que estamos ahí observándolo todo.

En un mundo donde ha caído ceniza por más de mil años de forma constante, un mundo que ha perdido su color, nada florece, nada crece, los skaa (el pueblo digo yo) es esclavizado por la nobleza. Una tiranía ejercida por el Lord Legislador, un inmortal con terribles poderes, ha conducido al pueblo a la miseria. Pero en medio de todo esto surgirá un hombre, un "superviviente" quién intentara por todos los medios colapsar el sistema económico y asesinar al Lord Legislador.

El Lord Legislador y la nobleza poseen una ventaja que los skaa no tienen, una extraña habilidad llamada "alomancia", pero los nobles, a pesar de la prohibición, tienen relaciones sexuales con los skaa lo que provoca que en ocasiones aparezcan en la población algunos con el poder de la "alomancia". Este es el caso de Vin, una huérfana quien gracias a sus habilidades ayudará a Keilser, el "superviviente" con la realización de su plan.


El sistema de magia o habilidad llamado "alomancia" es muy original, cuando lean la trilogía se darán cuenta, no quiero dar detalles ya que esto se relaciona de forma directa con la historia. Una vez más nos envuelve Sanderson con su inventiva. Nuestra adolescente protagonista, Vin, nos sorprenderá con su madurez pero también con su deseo de querer pertenecer a un mundo diferente del que ha crecido, tendrá que tratar a la nobleza y aunque los resienta por sus comodidades en el fondo también las quiere vivir. Se nos muestra una realidad cruda a través de elementos fantásticos, sobre cómo ciertos sistemas económicos y de gobierno sólo subsisten por la ignorancia en que sumergen a sus pueblos (en este caso superstición) y yugo del trabajo duro, pero al final también la irremediable lucha de estos por su libertad.


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